viernes, 27 de junio de 2008

¡¡¡¡¡A POR ELLOS¡¡¡¡¡¡















Não acredito¡¡¡ España ha pasado de cuartos¡¡¡ Qué emoción, qué partido, qué ambientazo¡¡¡

Eugenio, nuestro contable, el hombre que me hace reír hasta en la peor de mis mañanas, nos invitó a su casa para asistir al jogo, que dicen aquí (algo estoy aprendiendo). Después de un uso experimental del transporte público en terreno desconocido que me costó mi segunda crisis matrimonial (Eva y yo nos dimos un agradable paseo de media hora hasta encontrar la casa), llegamos al terreno de juego. El equipo ya estaba calentando: Ferrán, Marty, el fan entre los fans, Elene, Sergio, Carlos, Alvarito que de repente se ha vuelto futbolero, Enrique y su novia Lana, Antonio nuestro analista y por supuesto Eugenio, con su gorra de la selección en plan Daniel el travieso. Todos con ganas y todavía con algo de fe en nuestro equipo (con los precedentes que tenemos, un poco de fe ya es todo un mérito).

¡Cómo se lo curró¡ Bandera de España, vinito (tinto, blanco y rosado), champán, gambas, pimientos asados, lomo y de platos fuertes, conejo con garbanzos, marmitako y lentejas. Olé para el cocinero. ¡Nossa senhora, qué lentejas¡ Todo buenísimo. Ya decía Elene que podíamos hacer de estas comilonas domingueras una sana costumbre. La fe fue aumentando a medida que avanzaba el partido, fuimos mejores, pero al llegar a los penalties.........ufffffff, pensé que sería lo de siempre. Fallan uno. Marcamos. Marcan. Fallamos. Bffffffff. Tensión en el ambiente. Fallan. Marcamos. Cesc y........explosión de júbilo en las gradas. "¡Esto no lo ha visto nadie de nuestra generación¡". Y encima a Italia, vengando a Luis Enrique, aunque ya de puestos podía haber sido a los gabachos.........

Y llegaron las copas, las sevillanas y los bailes. Alegría en el ambiente. Sale Boomer, el perro de Eugenio. Al principio acojonada, pero luego lo acaricié y todo, es precioso. Llegaron la mujer de Antonio y su hija pequeña, Manuela; guapísima y con carácter, como debe ser. Estuve un buen rato jugando con ella. ¿Qué coño me está pasando? En fin, que genial. Muchas gracias, Eugenio, fue una pasada.
Después nos unimos a los demás en las inevitables celebraciones. Nunca había ido tan bien acompañada en un coche ;-P El O no había tenido (pero tendrá en el futuro, este domingo sin ir más lejos) tanto sabor español. Unos 30, más o menos. La creme de la creme de los expatriados. Con bandera incluida, y cantando a voces el a por ellos (la del alcohol no hizo falta, se respiraba en el ambiente). Casi lo único que recuerdo es que había mucha gente y que me lo pasé muy bien. No es mal balance para una noche.
El de Rusia no pude verlo por asuntos laborales, que pueden resumirse en que soy una pringada; una putada, pero tuve a varios locutores retransmitiendome los resultados mientras yo me aburría en una feria de franquicias.
El domingo promete ser apoteósico. Lo dicho: ¡¡¡¡ A POR ELLOS ¡¡¡¡






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