miércoles, 27 de febrero de 2008

LA PÁLIDA

Mis certezas desayunan dudas. Y hay días en que me siento extranjero en cualquier parte. En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada, ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado.

Eduardo Galeano, El libro de los abrazos

La crisis de los 4 meses ataca de nuevo..........no, no hay crisis, pero no he encontrado una descripción mejor de lo que significa tener un mal día, uno de esos en los que, por todo y por nada, piensas que habría sido mejor quedarte en la cama. Recomiendo el libro, porque tiene párrafos tan maravillosos como éste para casi todos los estados de ánimo........

lunes, 25 de febrero de 2008

INTERTEXTUALIZANDO







Hay que ver las cosas que descubrimos los unos de los otros via blog. De unos me sorprenden pensamientos, intereses comunes, talentos que desconocía.......otros, a quienes conozco más y mejor, me sorprenden con vidas casi paralelas al otro lado del Atlántico. Y hoy me he sentido reflejada en una amiga de las que quedan pocas, de las que siempre están ahí antes de que las necesites. Así que me he visto obligada a intertextualizar:

En busca del tiempo perdido

“También dentro de mí se han destruido tantas cosas que yo creía que debían durar siempre y se han edificado otras nuevas dando nacimiento a nuevas penas y alegrías que entonces no habría podido prever, lo mismo que las antiguas se me han vuelto difíciles de comprender”.

Marcel Proust, Por el camino de Swann

Se ve que la crisis de los cuatro meses, que ataca a gran parte de la comunidad cequera del mundo mundial, nos ha puesto a todos filosóficos.......




Un beso a mi pequeña Nuri, y gracias por todo.

sábado, 23 de febrero de 2008

CELEBRACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES

Cada promesa es una amenaza; cada pérdida, un encuentro. De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón.

Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.

En esa fe, fugitiva, creo. Me resulta la única fe digna de confianza, por lo mucho que se parece al bicho humano, jodido pero sagrado, y a la loca aventura de vivir en el mundo.


Eduardo Galeano, El libro de los abrazos

jueves, 21 de febrero de 2008

PARATY










Finde perfecto, o casi, en Paraty. Pensábamos que no llegábamos, pero acababa de anochecer cuando por fin encontramos nuestra tranquila pousada con piscina. Fuimos a cenar al centro del pueblo, a la parte antigua. La verdad es que parece un poco un parque de atracciones, porque en esa parte casi sólo hay turistas, pero aún así resulta tranquilo, agradable. Son casitas blancas coloniales, con los marcos de puertas y ventanas pintadas de distintos colores y faroles de hierro forjado; el suelo conserva el empedrado antiguo, muy mono pero que te obliga a caminar concentradísima. Salvando las distancias, muchas, combina el rollo medio bohemio de Ibiza con el aire colonial de Nueva Orleáns. Sin duda, el pueblo más bonito que he visto en Brasil, agradable, con mucho encanto. Puede que esta opinión se deba a que en realidad no he visitado demasiados sitios aquí, o también puede ser que mi mente europea necesite respirar algo de historia de vez en cuando. Ya era tarde, así que cena-homenaje de pescadito (por fin) y a dormir a pierna suelta, más de 5 horas para variar.

El sábado, descansados y renovados, nos fuimos de excursión en barco; un poco demasiado de domingueros, pero no está el tema económico como para alquilarse un velerito privado. Pero bueno, estuvo genial. Había un músico (un auténtico figura) tocando samba mientras navegábamos viento en popa recorriendo la bahía y sus islitas, algunas de ellas privadas; cielo azul, sol perfecto y playas paradisíacas, creo que las mejores que he conocido en estos cuatro meses (mirad qué fotos¡¡¡¡). Y cervecillas a vontade. Buff, la estresante vida del becario……:-P Una parada para hacer snorkel, un par de ellas en las playas de las islitas, comida en el barco y vuelta al puerto. Después sólo tuvimos tiempo de un chapuzón piscinero antes de volver al pueblo a cenar. Más pescadito, y unas caipis para digerir. Fuimos a una cachaçaria donde destilan cachaça con clavo y canela y con ella preparan unas caipis con maracuyá……..de lujo¡¡¡¡ Además le caí en gracia al camarero (cuarentón y feo, una pena) y me llevé de premio un curso acelerado de preparación de caipirinhas (las que me tomé me salieron gratis), una lámpara y un libro. Vamos, una noche de lo más rentable….

El domingo decidimos irnos nada más desayunar para conocer otras playas que nos pillaban de camino. Por supuesto, después del percance del viaje de ida, nos decantamos por la carretera de la costa. No tardamos mucho en llegar a Ubatuba, uno de los destinos preferidos de la costa paulista. Me pareció el Benidorm de Brasil, oseasé, horrible; decepcionante, porque nos habían dicho que las playas son preciosas. Después nos dijeron que nos habíamos equivocado al elegir la playa, pero ya era tarde. Aún así, yo soy la mujer más feliz del mundo sólo con estar tumbadita en la arena oyendo el mar. Para comer nos dimos otro homenaje (el último) de caldereta de pescado y, cuando íbamos a darnos otra sesión de playa, empezó el diluvio universal……..

martes, 19 de febrero de 2008

LA VIDA TE DA SORPRESAS..........







Las sorpresas son lo mejor del mundo, la sal de la vida. Este finde, otra escapadita fuera de Sao Paulo, que ahoga un poco. Objetivo: Paraty, un pueblo colonial cercano a Río. Google Maps nos enseña el camino más rápido (en teoría), y parece fácil: autopista por la que hemos ido 1.000 veces, desvío, y carretera directa a Paraty. Tarde de viernes, solete, la vida nos sonríe. Cogemos el desvío sin mayor problema. Un cartel nos anuncia que cambiamos de estado (Sao Paulo por Río de Janeiro) y, 100 metros más allá, otro nos avisa de que se acaba el asfalto. No nos lo podemos creer. El mapa no indica nada de eso. De repente, carretera (por no decir caminucho) de tierra, lleno de agujeros, cada vez más estrecho y comido por la selva; selva en la montaña. Palmeras, lianas, orquídeas, flores de mil colores. Estamos flipando. Precioso. Precioso, pero nada cómodo para conducir. Aún así ya es tarde, no hay vuelta atrás. Unos pequeños pilares conmemorativos nos informan de que estamos atravesando el “Camino Real” o “Camino del oro”, por el que los portugueses sacaban el oro del estado de Minas Gerais para embarcarlo en Paraty rumbo a Europa. Doy fe de que el camino se parece bastante a lo que sería en el S. XVIII; a medida que nos invade la niebla, no puedo evitar pensar en lo que sentirían los conquistadores cuando llegaron aquí por primera vez. De vez en cuando Ferrán (nuestro Carlos Sainz particular) tiene que hacer malabarismos para echarse a un lado del camino y dejar pasar a algún escarabajo con el que nos cruzamos; eso nos tranquiliza, porque si un escarabajo (de los antiguos) ha llegado hasta allí, nosotros y nuestro coche cutre también podemos. Al cabo de un rato vemos………un bareto-chiringuito literalmente en medio de la nada¡¡¡¡¡ Si se nos pincha una rueda, al menos nos podremos tomar una cañita……

12 kilómetros y una hora después, la carretera vuelve a ser lo que era y desciende suavemente hasta la pequeña joya colonial que es Paraty. Ya ha oscurecido y casi no se ve nada, pero todos intuimos que nuestro accidentado viaje no se quedará sin recompensa.


Las sorpresas son la sal de la vida. A veces buenas, otras no tanto, pero nos sacan de la previsible autopista en que pueden convertirse nuestras vidas por culpa de los planes y de las rutinas. Siempre hay desvíos esperados y señalizados, esas encrucijadas que nos llegan a todos tarde o temprano y en las que sabemos que tendremos que decidir aunque no queramos. Pero a veces la vida nos regala la oportunidad de elegir caminos secundarios, escondidos, que no entraban en nuestros planes y aparecen inesperadamente. Otras veces, la mayoría, ni siquiera puedes elegirlos porque de repente, así sin más, el asfalto de nuestra vía sin retorno se convierte en tierra y no hay opciones; tienes que seguir adelante y quizá te maravilles con el descubrimiento de un increíble paisaje, o quizá te quedes atorado en una interminable secuencia de baches de los que te cueste salir. En cualquier caso, al final, cuando sigues la ruta, descubres que lo mejor del viaje ha sido apartarte de ella; y que los planes, como los GPS, casi siempre fallan. Así que ¿por qué no viajar sin mapas? O mejor ¿por qué no viajar sin rumbo?

lunes, 18 de febrero de 2008

POR FIN..........CARNAVAL













Me gustaría poder decir que los retrasos en la actualización del blog se deben a que me estoy recuperando del Carnaval, pero no, se deben simplemente a una mezcla entre una intensa vida nocturna y vaguería pura y dura. A mi viaje a Floripa ya se le ha pasado el arroz, vamos, que no tiene mucho sentido que lo cuente ahora así que os tendréis que conformar con unas fotos que, como bien dice el dicho, valen más que mil palabras.

Lo que creo que en realidad interesa a mis escasos lectores son mis peripecias carnavalescas, y sobre todo mis fotos vestida de extintor galáctico (si alguien encuentra una definición mejor, se admiten sugerencias) así que allá van.

Dicen que hay tres Carnavales en el mundo que hay que vivir al menos una vez en la vida: Nueva Orleáns, Río de Janeiro y..............no me acuerdo del tercero, así que creo que, para no gustarme especialmente el Carnaval, yo ya he cumplido ;-) Llegamos a Río un viernes por la noche y, después de instalarnos en nuestro duplex de lujo (6 en un apartamento de 4, aunque total, para lo que dormimos........), nos tomamos unas cañitas en Ipanema. Tranquilamente, sin forzar.

El sábado empezó lo bueno. Nos juntamos con los becarios de segunda fase de Río, un encanto de gente, divertidos, superhospitalarios y acogedores. Ayyyyyyy, qué distinta sería mi vida si viviese en Río, con su playita, sus aceras, su poder ir andando, sus taxis baratos, sus tiendas de zumo.......En fin, no es plan de quejarse. A lo que iba. El sábado por la mañana, con las tostadas aún en la garganta, empezamos con las cerves en el bloco de Santa Teresa. Un bloco es, básicamente, una multitud de gente más o menos perjudicada que va recorriendo las calles del barrio que corresponda, disfrazada, cantando y bailando detrás de una carroza que en realidad nunca llegas a ver, aunque no importe mucho. Cada barrio tiene sus blocos, y así se vive el carnaval de calle, de barrio en barrio y de bloco en bloco. Había disfraces de todo, más o menos currados, más o menos originales, pero el kit básico (con el que nos hicimos enseguida) consiste en peluca rubia-dorada y/o diadema con antenitas kitsch (luminosas o no) y/o sombrero de paja; silbato; corbata de plástico y.......creo que ya. Santa Teresa es un barrio colonial, muy bonito; la gente del barrio que prefirió ver los toros desde la barrera se dedicaba a tirarnos agua (calderos, manguerazos) desde las ventanas de sus casas, lo cual se agradecía bastante porque hacía muuuuuuucho calor. Cuando la carroza llegó a su destino, encontramos nuestro lugar en el mundo: el remolque de un camión en el que nos pasamos un número indeterminado de horas cantando canciones de Carnaval y bailando. Además me encontré con mi compi de piso, que es un pieza, y sus amigos, así que deleitamos a la concurrencia con un interesante concierto-fusión entre quien não chora, não mama y Paquito el chocolatero. Cuando el dueño del camión nos dijo, tímidamente (debíamos dar miedo, la verdad), que se quería ir, pusimos rumbo a Ipanema; un bañito y el olor de los puestos de comida me recordaron que no sólo de cervezas vive el hombre, y la comida me predispuso para el mejor siestón playero de la historia.





El domingo me lo tomé con más calma, por cansancio y porque el tiempo no acompañó (empezó a llover y ya no paró), aunque hubo más blocos, más cervezas, más caipis.........más de lo mismo, esta vez por Ipanema. El lunes repetición de la jugada por la mañana, y por la noche........desfile en el Sambódromo¡¡¡¡ La historia funciona así: las escuelas de samba escogen un tema y viven todo el año por y para preparar los disfraces y la canción con los que desfilarán en el Sambódromo. Los jueces puntúan el desfile (canción, disfraces, baile, sincronización, espectacularidad, etc) y eligen a las 5 mejores escuelas. La mía, Grande Rio, escogió como tema las energías renovables, lo cual no sé si consigue explicar mi curioso disfraz. Y me voy a ahorrar los interminables trámites por los que tuvimos que pasar para conseguirlo. El caso es que allí estábamos, con esa pinta, rodeados de carrozas espectaculares, disfraces a cual más complicado y de las chicas que se suben a las carrozas, que me hicieron replantearme mi sexualidad. Qué mal repartido está el mundo¡¡¡¡¡ La cosa empezó a perder su gracia cuando se convirtió en una espera de tres horas, con ese armatoste puesto y si nada para beber. Por fin la entrada al Sambódromo, un poco estresante porque teníamos que ir en fila de a 7 y esta gente se lo toma muy en serio, los que dirigían el cotarro me dieron unas voces que ni en el ejército; pero cuando entras y ves las gradas llenas, todo el mundo cantando y mirándote (o ésa es la impresión que da), es realmente impresionante. Hay miles de cámaras grabando, pantallones para que todo el mundo vea........un ambientazo, aunque a mí al final me pudo la presión, 45 minutos de desfile haciendo el paripé de que cantas y bailas, los pies destrozados........aún así estoy muy contenta de haberlo vivido. Acabamos a las 5 de la mañana, hechos polvo pero con la sensación de haber experimentado algo único. Por cierto, mi escuela quedó tercera ;-))))



El resto de días la cosa siguió sin novedad, muy bien; no merece la pena contarlo porque sería repetirme y además ya tengo la sensación de haber escrito un testamento. El miércoles hubo churrasco de disfraces, mucha pena por la despedida y vuelta a São Paulo, casi del tirón a currar. El jueves os lo podéis imaginar..........