



Y, al día siguiente, para purificar el cuerpo y el espíritu, excursión en el auto de Papá a un pueblecito de montaña, Campos de Jordao. Menos mal que hay fotos de esta parte más sanota de mi existencia, sino nadie lo creería. Además, mi reciente incapacidad para dormir en los coches casi me mata, de sueño y malestar general; pero todo sea por salir, por fin, de Sao Paulo.
A Campos de Jordao lo llaman la Suiza brasileña. Es una especie de pueblo artificial para que los pijos brasileños se crean que estan en Aspen o en Los Alpes. Y se lo toman en serio, los coches incluso paran en los pasos de cebra. Nao acreditava. Después de la "caminata" montañera (¿a que parece que han escalado el Everest?) y un paisaje precioso, digno de "Sonrisas y lágrimas", llegaron comida, café y copa. Como los auténticos domingueros que somos. Y después, vuelta y a dormir como una reinona. Día tranqui y agradable, desconectando un poquito.
Y, como gracias a Dios la tranquilidad nos dura poquito, comida de domingo en el hipódromo. Alguno se volvió loco apostando, otros ganamos (poco pero ganamos), disfrutamos del solete, de una buena comida y una mejor sobremesa. Fin de fiesta, cómo no, en el O........
Finde muy completo, como se ve......sólo me queda contar algo de este último (que tiene pocas variaciones sobre el anterior) y ya os habré puesto al día....
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