Estoy en contra de cualquier tipo de nacionalismo, español incluido, porque ya el concepto de "nación" no es más que un invento creado por reyes y políticos, siglos atrás, con el fin de que la humanidad pueda convivir más o menos organizadamente, aunque la mayoría de las veces parezca lo contrario.
Y porque sinceramente me parece una soberana estupidez empeñarse en separar y en desintegrar utilizando unas diferencias que deberían enriquecernos, precisamente en una época de supuesto multiculturalismo y tolerancia; y más si se hace desde la falsedad, la demagogia, la rigidez y la estrechez de miras. Por supuesto que es importantísimo cuidar y fomentar la cultura de cada uno y, por qué no, el amor a la tierra, pero sin hipocresías. Y hasta aquí puedo leer porque, citando a uno de los grandes, para qué meterse en política....
Dicho esto, voy a explicar el motivo del discursito. Los castellanos, o al menos yo, no somos muy "patriotas", ni amantes de nuestra tierra ni solemos luchar mucho por lo nuestro. Yo, porque de momento ni siquiera lo considero "mío". Pero hoy es el día de Castilla, el trocito de tierra que para bien o para mal me corresponde dentro de éste, nuestro estado autonómico; y, sobre todo, es el Día de los Comuneros, una fiesta que creo que merece ser celebrada, por conmemorar la que quizá (hay opiniones varias) fue una de las primeras revoluciones ciudadanas contra los abusos de un rey a sus súbditos y a las instituciones a través de las cuales éstos se representaban. Y también para celebrar la que fue, quizá, la última vez en que alguien de mi pueblo (o alrededores) demostró tener un poquito de espíritu de rebeldía e inconformismo.
Que, quien pueda, lo disfrute en Villalar.
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_las_Comunidades_de_Castilla