lunes, 17 de marzo de 2008

Y POR FIN HE LLORADO...

Y no sólo de pena, que también. De miedo, en las empinadas y húmedas escaleras de bajada del Camino Inca, lloviendo y de noche. De risa, con mis compañeros de ruta, la única pincelada de suerte en este viaje gafado. De impresión, la primera vez que divisé el Machu Picchu desde lo altísimo de una montaña, 38km y muchas ampollas después. Y de emoción, por la sensación de haber cumplido un sueño. De impotencia, por la "escala" involuntaria de 24 horas en el aeropuerto de Lima. De frustración, por no poder recibir a tiempo a mi tan esperada visita. De alegría, cuando por fin pude darle un achuchón a Víctor.

Afortunadamente, creo que no me quedan lágrimas, ni para bien ni para mal.

Mañana unas fotitos con mi "disfraz" de montañera, con los paisajes espectaculares que he tenido oportunidad de disfrutar, con los preciosos edificios coloniales de Cuzco.........

1 comentario:

Maria Laura dijo...

HALA tia que paso? no fue bien? AHH...bueno espero que mereciera la pena, he estado deseandito de que me contaras que tal..un besazo guapa!!