Semana Santa de recogimiento en Río. Suena a coña, lo sé, porque Río es lo menos parecido a Silos que conozco, pero así ha sido. Tanta visita y me he pasado la mayor parte del tiempo sola. Disfruté unas horas de Bea, de su energía que electriza, y su compañía fue el mejor bálsamo. Disfruté también unas horas de Víctor, menos de las que me hubieran gustado pero así es la vida, supongo.
Curiosamente, ha sido ahora cuando he descubierto Río con todo su encanto y su magia. Los días perfectos y soleados ayudan. Ver las montañas recortarse en el cielo azul de Ipanema nunca me había resultado tan espectacular. Pasear por Copacabana con el Cristo vigilando desde lo alto. Mil horas de playa, con todo su ambientazo, la paz del mar, el sol...por lo menos ahora tengo un moreno de película ;-)
Me senté a comer en la Garota de Ipanema, un restaurante bastante turístico pero con un pescado que, para variar, estaba exquisito. Y me puse a ver pasar la vida. Como solía hacer con mi madre solo que en vez de en la terraza del Cartablanca, fue en la esquina de Prudente de Morais y Vinicius de Morais. Tiene un poco más de glamour, la verdad. A ella le hubiese encantado. Desde luego la fauna es mucho más variada y exótica. Torsos musculosos al descubierto, cuerpazos de infarto, algún gordinfloncillo despistado con sus michelines totalmente fuera de lugar, vendedores ambulantes, guiris en su mayoría americanos de todas las formas y colores (del blanco al rojo), viejas con el mismo estilista que Marujita Díaz, gays a la última moda, silicona a diestro y siniestro, manicuras perfectas, patricinhas, turistas sin pena ni gloria como yo.......
En eso estaba cuando, al darme la vuelta un momento, ví que en la tele del restaurante estaban poniendo “La Pasión de Cristo” (o similar) y entonces caí en la cuenta de que era Viernes Santo. Bueno, mentira, porque mis torrijas del desayuno me recordaron las fechas en que estamos. Pero ha sido una Semana Santa tan atípica, en Río, en la playa y a 30 grados, que ya se me había olvidado. Y agradezco poder haberme librado por un año de la grisura, el frío, los pasos que hacen de Valladolid una ciudad intransitable, de la mediocridad y la tristeza de los capuchones y los redobles de tambor.
sábado, 22 de marzo de 2008
lunes, 17 de marzo de 2008
Y POR FIN HE LLORADO...
Y no sólo de pena, que también. De miedo, en las empinadas y húmedas escaleras de bajada del Camino Inca, lloviendo y de noche. De risa, con mis compañeros de ruta, la única pincelada de suerte en este viaje gafado. De impresión, la primera vez que divisé el Machu Picchu desde lo altísimo de una montaña, 38km y muchas ampollas después. Y de emoción, por la sensación de haber cumplido un sueño. De impotencia, por la "escala" involuntaria de 24 horas en el aeropuerto de Lima. De frustración, por no poder recibir a tiempo a mi tan esperada visita. De alegría, cuando por fin pude darle un achuchón a Víctor.
Afortunadamente, creo que no me quedan lágrimas, ni para bien ni para mal.
Mañana unas fotitos con mi "disfraz" de montañera, con los paisajes espectaculares que he tenido oportunidad de disfrutar, con los preciosos edificios coloniales de Cuzco.........
Afortunadamente, creo que no me quedan lágrimas, ni para bien ni para mal.
Mañana unas fotitos con mi "disfraz" de montañera, con los paisajes espectaculares que he tenido oportunidad de disfrutar, con los preciosos edificios coloniales de Cuzco.........
jueves, 6 de marzo de 2008
EN CAPILLA
Estoy a poco más de 24 horas de ese viaje tan deseado, esperado, soñado, desde.........ufff, ni me acuerdo. Desde que ví la primera foto. Y después de Diarios de Motocicleta, ni te cuento.
Casualmente nada ha salido como estaba planeado. Qué raro. Así es la vida. En unas horillas estaré volando a Cuzco (previa escala de 8 horas en Lima) y el domingo empiezo mi camino a Machu Picchu. Solita. Más espiritual (en principio) de lo que me hubiera gustado. Pero va a merecer la pena. Una semana de vacaciones que necesito como respirar.
El blog.........ya volverá
Casualmente nada ha salido como estaba planeado. Qué raro. Así es la vida. En unas horillas estaré volando a Cuzco (previa escala de 8 horas en Lima) y el domingo empiezo mi camino a Machu Picchu. Solita. Más espiritual (en principio) de lo que me hubiera gustado. Pero va a merecer la pena. Una semana de vacaciones que necesito como respirar.
El blog.........ya volverá
martes, 4 de marzo de 2008
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